La pasión y el gusto por los juegos de azar son universales. No importa en qué parte del mundo te encuentres, siempre habrá alguien que quiera apostar algo. Así sean frijoles o piedritas, desde tiempos antiguos las personas han hallado maneras de crear juegos y tentar la suerte. Es por eso que durante la existencia de la humanidad siempre ha habido algo a que jugar. Y lo seguirá habiendo, en especial con el auge de los casinos online. Es tan fácil conectarse, prender la computadora o tableta e iniciar sesión. Para mayor comodidad incluso puedes usar sólo tu celular. Hay casinos con apps muy completas y bien hechas que te permiten jugar como tú quieras.
Aún así, en los países de habla española no siempre se utilizan los mismos términos para los elementos de los casinos o los juegos. Por ejemplo, las queridas máquinas tragamonedas en México, se llaman tragaperras en España. En Perú conservan su nombre en inglés, slots. Claro que esto depende también de cada casino en particular.
A los rodillos de las tragamonedas, en México se les llama así. En España prefieren decir carretes. En Perú se mantiene el término crupier, para quienes reparten cartas o echan a girar la ruleta; Y pasa lo mismo en México. En España pueden usar la misma palabra o llamarles dealers.
Sí que es verdad que hay términos que no cambian casi nada. La ruleta es siempre la ruleta, lo mismo que el blackjack. Acaso cambia la manera de escribir poker, en algunos casos es póquer y en otros póker. A propósito de esto, las cartas, hay muchos juegos de casino que involucran cartas ¿cierto? La carta con la J se conoce como jota, jóker y comodín.
Es maravilloso como la riqueza del lenguaje se puede ver reflejada incluso todos los aspectos de nuestras vidas. Incluido el maravilloso mundo del juego y las apuestas. Lo importante es disfrutar de nuestros juegos favoritos. Ya sean tragaperras o tragamonedas, los giros de la suerte son los mismos y la emoción la sentimos igual. Se llame como se llame, un bote progresivo o premio mayor o jackpot siempre será una alegría de tener.
Pero los cambios tan pequeños no logran alterar la esencia de los juegos. Es por eso que incluso si entraras a un casino que esté en otro idioma podrías divertirte. Por ejemplo el NorgeCasino. Es un casino noruego, y vaya que es noruego, pero a todas luces se puede entender que dan 100 giros gratis y un bono de dinero al inscribirse. Se podría decir que los casinos y el azar son un lenguaje universal. Los sonidos emocionantes y las luces brillantes nos hacen saber que hemos ganado. No se necesita más.
Y para hacer clic en el botón de apuesta de una tragamonedas no se necesita hablar otro idioma. ¡Tampoco para tener la mejor mano de cartas! Otra ventaja de los juegos son los números. Si bien la divisa puede cambiar, un 40 es un 40.