Me imagino que han escuchado acerca de las siete maravillas del mundo moderno, entre las cuales se encuentran listadas el coliseo de roma en Italia, la gran muralla china, Machu Picchu en Cuzco, Perú, la estatua de Cristo redentor en Rio de Janeiro, Brasil entre otras. Recientemente a esta lista se le ha sumado una octava maravilla, que aunque no se encuentra aprobada y no ha sido galardonada con el título de “Maravilla mundial” es una de las infraestructuras más imponentes que se puede encontrar en Los Estados Unidos.
Esta propiedad ubicada en la ciudad de Atlantic City, New Jersey es un conocido casino que tuvo apertura en los años 90 y tiene como propietario y creador a una de las figuras públicas que más se han oído mentar en los últimos meses – El candidato republicano Donald Trump. Lastimosamente para él y para todos sus clientes y seguidores, el casino que había sido bautizado como “la octava maravilla del mundo” cierra sus puertas el 10 de Octubre del 2016, dejando consigo deudas millonarias.
El Taj Mahal Casino, el cual se encontró realmente influenciado por una de las maravillas del mundo que comparten el mismo nombre tuvo un trayecto largo pero doloroso. Sufrió cerca de dos quiebras y varias restructuraciones financieras que logaron mantener al casino hasta la fecha pero sin más ni menos, al final no logro salir victorioso. Las deudas y demandas establecidas por los empleados superaron los límites que el bolsillo de esta figura pública pudiera soportar.
Este proceso de cierre se vio venir en el año 2015 cuando los empleados del casino aseguraron no haber recibido sus salarios por un par de meses, las demandas comenzaron a surgir y prontamente esta bola de nieve de problemas financieros logaron tocar fondo. Se trato de conciliar y solventar las demandas estipuladas contra Trump pero para la época de Octubre del 2016, ya era muy tarde y se dio clausura del establecimiento, dejando consigo una pérdida de casi $350 millones de dólares.
Actualmente, la edificación se encuentra intacta y puede ser apreciada desde el exterior por los turistas y curiosos del lugar, ya que lastimosamente no tendrán la oportunidad de ingresar y disfrutar de los buenos juegos de azar, el servicio del lugar y la emoción que genera al escuchar las maquinas tragamonedas al ganar.